Trastorno Negativista Desafiante
No resulta
extraño encontrar conductas desafiantes o de oposición a lo largo de un ciclo
evolutivo “normal” de cualquier niño. En la mayoría de los casos, si no existen
factores de riesgo añadidos, la propia educación de los padres y demás agentes
socializadores (escuela, etc.) suelen reconducir estas manifestaciones hacia
conductas normalizadas.
Sin embargo,
hay un grupo de niños en los que esta conducta es perseverante en el tiempo y
presenta una magnitud o forma que no se corresponde con lo esperado por su edad
o cultura. Es, entonces, cuando podemos estar delante de un trastorno clínico.
La conducta
de oposición puede tomar diferentes formas, desde la pasividad extrema (no
obedecer sistemáticamente mostrándose pasivo o inactivo) a sus formas más
extremas, es decir, verbalizaciones negativas, insultos, hostilidad o
resistencia física con agresividad hacia las figuras de autoridad, ya sean los
propios padres, maestros o educadores.
La conducta
desafiante y de oposición de inicio temprano suele ser persistente y puede ir
asociado a diferentes tipos de patología infantil y adolescente. En la
adolescencia y posterior vida adulta, el niño con antecedentes negativitas u
oposicionistas es un claro candidato a desarrollar un trastorno de la
personalidad antisocial si no conseguimos regular antes estas manifestaciones.
En
definitiva, siguiendo a algunos autores (Barkley, 1.997): “La presencia de
conducta desafiante por oposición, o agresión social, en niños es la más
estable de las psicopatologías infantiles a lo largo del desarrollo y
constituye el elemento predictor más significativo de un amplio conjunto de
riesgos académicos y sociales negativos que el resto de las otras formas de
comportamiento infantil desviado.”
Por todo
ello, no se trata de un trastorno más, sino uno de los problemas de conducta
clínicos más serios en niños. De no abordarse de forma rigurosa y eficaz,
condena a quien lo sufre a una probable carrera de problemas sociales, legales
y de marginación.
El DSM-IV-TR
(APA, 2.000), define el Trastorno desafiante por oposición (TDO) como “un
patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil
hacia figuras de autoridad que se mantiene por lo menos durante seis meses.”
Los
comportamientos negativistas y desafiantes se expresan por una terquedad
persistente, resistencia y mala tolerancia a las órdenes, negativa a
comprometerse, ceder o negociar con adultos o compañeros. Igualmente hay una
tendencia deliberada a sobrepasar los límites o normas establecidas, aceptando
mal o culpabilizando a otros de sus propios actos.
La
hostilidad puede dirigirse hacia las figuras de autoridad pero, también, hacia
los compañeros. Se manifiesta molestando deliberadamente a los otros sin causa
aparente o por motivos insignificantes. En estos episodios suelen aparecer
insultos o palabras despectivas hacia las otras personas pero sin llegar aún a
la agresión física. En el caso que se supere este umbral y se produzcan
conductas abiertas de agresión a otro, estaríamos, probablemente antes un
trastorno antisocial.
http://www.psicodiagnosis.es
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Demencia tipo Alzhaimer
Causas:
Usted es más propenso a padecer el mal de Alzheimer si:
•Es mayor. Sin embargo, sufrir esta enfermedad no es parte
del envejecimiento normal.
•Tener un pariente consanguíneo cercano, como un hermano,
hermana o padre con la enfermedad.
•Tener ciertos genes ligados al mal de Alzheimer como el
alelo APOE epsilon4.
Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo, aunque no
están bien comprobados:
•Pertenecer al sexo femenino
•Tener presión arterial alta por mucho tiempo
•Antecedentes de traumatismo craneal
Existen dos tipos de mal de Alzheimer:
•En el mal de Alzheimer de aparición temprana, los síntomas
aparecen primero antes de los 60 años y es mucho menos común que el de
aparición tardía; sin embargo, tiende a empeorar rápidamente. La enfermedad de
aparición temprana puede ser hereditaria y ya se han identificado varios genes.
•El mal de Alzheimer de aparición tardía, la forma más común
de la enfermedad, se presenta en personas de 60 años en adelante. Puede ser
hereditario, pero el papel de los genes es menos claro.
Ya no se cree que el aluminio, el plomo y el mercurio en el
cerebro sean una causa del mal de Alzheimer.
http://www.nlmmediplu/spanish/enc
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Trastorno de ansiedad es un término general que abarca varias
formas diferentes de un tipo de enfermedad mental, caracterizada por miedo y
ansiedad anormal y patológica. Las condiciones ahora consideradas trastornos de
ansiedad llegaron bajo la égida de la psiquiatría hacia el final del siglo XIX.
Gelder, Mayou y Geddes (2005) explican que los trastornos de ansiedad se
clasifican en dos grupos: síntomas continuos y síntomas episódicos. Los
criterios diagnósticos actuales psiquiátricos reconocen una gran variedad de
trastornos de ansiedad. Estudios recientes, además de haber encontrado que
hasta un 18% de la población estadounidense y un 20% de la población española
pueden estar afectados por uno o más de estos desórdenes, han hallado que la
genética encargada en propiciar la aparición y el desarrollo de éstos es la
misma que la involucrada en los trastornos depresivos y bipolares.
El término ansiedad abarca cuatro aspectos que un individuo
puede experimentar: aprehensión mental, tensión física, síntomas físicos y
ansiedad disociativa. Los trastornos de ansiedad en el DSM-IV se dividen
principalmente en:
1. Trastorno de ansiedad generalizada.
2. Trastorno de pánico (con o sin agorafobia).
3. Trastorno obsesivo-compulsivo.
4. trastorno por estrés postraumático.
5. Trastorno por estrés agudo.
6. Fobia social.
7. Trastorno fóbico
8. Otros trastornos de ansiedad no especificados o producidos
por el consumo de sustancias.
Cada uno tiene sus propias características y síntomas y requieren
tratamientos diferentes.1 Las emociones presentes en los trastornos de ansiedad
van desde el simple nerviosismo a episodios de terror o pánico.
2. Cuestionarios clínicos estandarizados de detección tales
como la Escala de Ansiedad Manifiesta de Taylor o la Zung Self-Rating Anxiety
Scale pueden ser utilizados para detectar los síntomas de ansiedad, y sugieren
la necesidad de una evaluación formal para el diagnóstico de un trastorno de
ansiedad.
htt://es.wikipedia.org
Cuando se habla de Autismo infantil nos referimos a algo que
va más allá que
un conjunto de síntomas, es más bien una de las incapacidades
más complejas de la infancia, es difícil para los maestros e incluso los padres
poder corroborar si un niño tiene o no autismo, ya que a éstos niños se les
dificulta realizar tareas, incluso las más básicas en la vida de cualquier ser
humano, sin embargo pueden llegar a resolver problemas matemáticos que,
Ni un reconocido
ingeniero lograría resolver en años, con la dificultad que podemos tener
cualquiera de nosotros sin tener autismo de cerrar un botón de la camisa que
llevamos puesta.
Es apartir de principios de 1960 muy pocas personas que no
fuesen médicos, psicólogos o maestros especiales, habían oído hablar de los
niños autistas. Pero posteriormente y más aún en las últimas décadas los
problemas de estos niños han sido objeto de estudio y discusión. En 1943 un
psiquiatra norteamericano, Leo Kanner, describió el sindrome como “autismo
infantil”, para explicar una especie de “psicosis infantil”. La palabra
“autismo” proviene de la palabra griega “autos”, que significa “propio”. Kanner
usó este término porque los niños pasaban por una etapa en que estaban muy
concentrados en sí mismos, y no mostraban interés hacia otras personas.
Este concepto ha ido cambiando y en la actualidad se habla de
Síndrome Autista para designar “una alteración evolutiva del desarrollo que
puede definirse como dificultades de la comunicación verbal y gestual,
alteraciones de la interacción social recíproca y un repertorio muy restringido
de actividades e intereses y patrones repetitivos de conducta” (A.P.A. 1994)
En cuanto a la etiología del autismo, se han desarrollado
varias teorías, que tratan de explicar el origen del síndrome autista. Ninguna
de ellas por sí sola lo ha logrado, en la actualidad se considera que su
etiología es multifactorial.
Entre las teorías que más aceptación han tenido están, las
genéticas, las neurobiológicas y las psicología
El autismo (a veces llamado “autismo clásico”) es la
enfermedad más común dentro del grupo de trastornos del desarrollo, conocido
como trastornos del espectro autista. El autismo se caracteriza por una escasa
interacción.
https.//wwwgoogle.com.do/searchautismo
https.//wwwgoogle.com.do/searchautismo
Sindrome de
Tourette:
El síndrome de Tourette se consideraba un raro y extraño
síndrome, a menudo asociado con la exclamación de palabras obscenas o
comentarios socialmente inapropiados y despectivos (coprolalia), pero este
síntoma está sólo presente en una pequeña minoría de afectados. El síndrome de
Tourette ya no es considerado una enfermedad rara, pero no siempre es
correctamente diagnosticado porque la mayoría de los casos son leves y la
severidad de los tics disminuye en la mayoría de los niños a su paso por la
adolescencia. Entre 0,4% y el 3,8% de los niños de 5 a 18 años pueden tener el
síndrome de Tourette; la prevalencia de tics transitorios y crónicos en niños
en edad escolar es alta, y los tics más comunes son parpadeo de ojos, toser,
carraspear, olfatear y movimientos faciales. Un Tourette grave en la edad
adulta es una rareza, y el síndrome de Tourette no afecta negativamente a la
inteligencia o la esperanza de vida.
Por lo general, los síntomas del síndrome de Tourette se
manifiestan en el individuo antes de los 18 años de edad. Puede afectar a
personas de cualquier grupo étnico y de cualquier sexo, aunque los varones lo
sufren unas 3 o 4 veces más que las mujeres.
El curso natural de la enfermedad varía entre pacientes. A
pesar de que los síntomas oscilan entre leves hasta muy severos, en la mayoría
de los casos son moderados.
http://es.wikipedia.org
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